Por favor, deja de decir que tienes una "startup"
A estas alturas creo que está claro que existe una desvirtuación absoluta de la palabra "emprendedor", que tal y como se utiliza en los últimos años de poco sirve ya para sustentar el concepto original. Es lógico, ya que existen intereses tanto económicos como políticos para desnaturalizar el concepto y flexibilizar su significado: cuantos más "emprendedores" haya más cosas les podremos vender y por otro lado más contentos menos descontentos tendremos a los que se ven forzados a sacarse a si mismos las castañas del fuego.
Por ello no voy a abundar en lo que ya muchos otros han dicho acerca de que existe una burbuja emprendedora en toda regla.
Hoy quiero hablar sobre otra palabra que, paralelamente, **se ha desvirtuado también **y se usa de manera caprichosa, e incluso a veces, con intención de ocultar otras realidades: Startup.
Esta es un conversación ficticia (para proteger identidades) basada en una conversación real mantenida con un "emprendedor":
Yo: Y, entonces, ¿a qué me decías que te dedicabas?
Él: Bueeeeno, tengo una startup tecnológica.
Yo: ¿Ah, sí? ¿Y qué hacéis?
Él: Algunas páginas web, portales de comercio electrónico (nota: un Shopify maqueado), un poco lo que salga. Por las mañanas trabajo de funcionario y como tengo las tardes libres, hace 7 años que tengo la startup y trabajo con algunos colaboradores externos, consigo algunos encargos de la administración con mis contactos….
Fin de la conversación por mi parte, lo más rápido posible y tratando de no ser brusco 😦
No tío, tú no tienes una "startup tecnológica". Si acaso quizá un "chiringuito" o un "negociete", y eso siendo generoso.
**
De acuerdo, este es un caso extremo, pero es real y me sirve de punto de partida para tratar de definir qué es un Startup y cómo podemos caracterizarla.
Una Startup es una empresa, normalmente atada al ámbito tecnológico o innovador, que todavía está en busca de un modelo de negocio escalable y de crecimiento rápido.
En busca de modelo de negocio
El primer factor importante que caracteriza a un startup es encontrarse en busca de un modelo de negocio, Significa que tienen una idea de base, por regla general innovadora y distinta a lo que existe en el mercado, pero precisamente por ese motivo no tienen demasiados competidores con los que compararse y todavía no tienen claras tres cosas:
Qué venden. Aunque el producto base esté definido eso no significa que se sepa qué es lo que se va a vender. Por ejemplo, Google tenía claro que su producto base era el buscador, pero ¿qué es lo que iban a vender? Podría haber sido la tecnología de búsqueda, el acceso al servicio, o algunas características avanzadas que los profesionales estarían dispuestos a pagar. Viendo lo que hicieron está claro que esta parte no es tan evidente como pueda parecer.
A quién le venden. Una vez que ya sé qué vamos a vender, tengo que averiguar a quién se lo puedo vender y quién estaría dispuesto a pagar por ello. Nuevamente la respuesta no es tan evidente como pudiera parecer. Siguiendo con el ejemplo de Google, dado que habían decidido vender publicidad basada en la tremenda audiencia de su navegador, un camino relativamente fácil hubiera sido atacar a los grandes anunciantes y venderles espacio en la portada del buscador. Miles de millones de personas la verían cada día al entrar a hacer sus búsquedas. Sin embargo decidieron que le iban a vender a todo el mundo: desde micro-empresas a grandes cuentas. Ahora puede parecer evidente, pero no lo es en absoluto.
Cómo lo venden. Ya sé qué vendo y a quién se lo vendo, pero hay muchísimas maneras de hacerlo. En el ejemplo de Google gran parte de su innovación consistió precisamente en esta tercera incógnita. En lugar de, por ejemplo, poner un precio a su publicidad y contratar comerciales , diseñó un eficiente sistema de subasta en tiempo real para vender los huecos generados en sus miles de millones de páginas vistas diarias. Esto era un modelo eficiente, escalable y diferente. Al final innovó también en el modelo de negocio y cambió Internet para siempre.
Existen muchas maneras de despejar estas tres incógnitas, y se debe proceder de manera cautelosa e incremental en cuanto al producto y al modelo de negocio, probando nuestras suposiciones en la vida real cuanto antes.
Mientras dura esta fase de diseño, prueba y error, somos una startup. Cuando ya hemos eliminado estos tres interrogantes ya no lo somos. OJO: que hayamos llegado a una conclusión no quiere decir que ésta sea correcta, por lo que una startup es posible que cambie de modelo de negocio varias veces antes de encontrar uno estable y dejar de serlo.
Por desgracia la mayor parte de las startup no logran superar esta fase de búsqueda. Tarde o temprano o encuentran una manera de generar negocio estable o desaparecen, y en cualquier caso dejan de ser una startup.
Escalabilidad y velocidad de crecimiento
Esta segunda característica es algo intrínseco también a una startup. No llega con responder a las tres preguntas anteriores. Debes llegar a la respuesta encontrando un modelo de negocio que debe ser escalable. Es decir, debe ser capaz de ser gestionado apropiadamente cuando tienes cien clientes pero también cuando llegues a tener miles (o idealmente millones).
Además deberá ser capaz de crecer rápido por múltiples motivos pero sobre todo porque de otra forma no lo conseguirás en estos sectores tan competitivos y porque tampoco entonces le interesarás a los posibles inversores que necesitarás para conseguirlo.
Durante la fase inicial de prueba de modelo de negocio (que puede durar meses o años) se debe elegir un indicador concreto para medir el ratio de crecimiento. Éste puede ser ingresos, beneficios, número de usuarios, visitas, o cualquier otro indicador que tenga sentido para los objetivos de negocio. El crecimiento de este indicador no debe medirse con un valor absoluto (500 nuevos usuarios al mes: esto no es un ratio), sino que debe referirse a crecimiento del indicador frente al periodo anterior (Ej: un 10% mensual). El motivo es que este será un crecimiento exponencial, mientras que una cantidad constante en realidad significa que el ratio de crecimiento ha disminuido.
Paul Graham (fundador de YCombinator y una leyenda del mundo del software) tiene un estupendo artículo sobre crecimiento de startups que deja muy claro el concepto. Si bien alguna gente puede encontrarlo algo exagerado, estoy seguro que para los cánones de EEUU no lo es en absoluto.
En resumen
Como casi todo lo que se vuelve cotidiano a través de los medios de comunicación, la palabra startup se está usando con mucha ligereza, lo cual desnaturaliza el concepto, confunde y además influye negativamente sobre el entorno relacionado. Algo similar ha pasado con la palabra "emprendedor" y esta lleva el mismo camino.
Una startup es una empresa en busca de un modelo de negocio escalable y de crecimiento rápido.
Por lo tanto no son startups:
Las empresas de base tecnológica, especialmente las que "hacen cosas en Internet" o "tienen una app".
Las empresas de nueva creación, aunque se dediquen a la tecnología.
Las empresas que llevan años dando tumbos tratando de encontrar un modelo de negocio válido.
Las empresas que llevan años con el mismo modelo de negocio estabilizado y sin crecimiento significativo.
Las empresas que están buscando inversores para arrancar con el proyecto.
Las empresas que llevan años estancadas pero que buscan capital para financiar su crecimiento y se valoran en cantidades muchas veces por encima de lo que han demostrado poder conseguir hasta ahora.
Las empresas que montan todo en Amazon EC2, subcontratan por completo el desarrollo a países en vías de desarrollo, y se creen muy cool y muy agile (y muy startup) porque lo hacen así*.
Las empresas que (y cito) "vamos a revolucionar el sector X / vamos a cambiar el paradigma establecido, porque nosotros sabemos bien lo que la gente quiere", pero no han hecho una sola prueba**.
Algunas de éstas pueden ser condiciones necesarias, pero desde luego no suficientes.
Parece que el hecho de llamarle startup a ciertos proyectos, les otorga un aire de respetabilidad y les exime de obtener resultados. Muchos de ellos no son más que ideas peregrinas o simples chiringuitos.
Como en casi todo en la sociedad, en esto también hay mucha "pijería" y "postureo". Hay que quitarse de encima el complejo avivado por los medios de comunicación y la burbuja emprendedora: parece que si a tu empresa no le llamas startup ya no estás haciendo nada interesante, nada "cool". Nada más lejos de la realidad.
La mayoría de nosotros nunca crearemos una startup. Y no pasa absolutamente nada. Solo un número ínfimo de las empresas que se crean en el mundo se pueden considerar dentro de esta categoría, pero existen muchas empresas no-startup que tienen modelos de negocio interesantes, crecen de manera limitada y generan dinero durante muchos años, lo cual es maravilloso. Quizá no conseguirán nunca dinero de los grandes inversores, pero esto tampoco es EEUU, ni las empresas, el mercado o los inversores son como los de allí…
* Lo reconozco, aquí se me nota un poco que esto especialmente me molesta, al menos en ciertos casos. Me he encontrado por ahí ya unos cuantos espabilados que no han conseguido en realidad nada destacable, pero que te miran por encima del hombro por lo "listos" que han sido montando su chiringuito subcontratado, en el que en realidad están ellos solos y les da para ganar poco más que un sueldo normal. Bien por vosotros, a mi me parece muy bien- Pero eso no es ni siquiera una empresa con futuro a medio plazo y desde luego no es una startup tampoco. ** Al cabo del año veo unas cuantas decenas de proyectos buscando financiación, y me reúno con todo tipo de gente, verdaderos emprendedores o no. En ocasiones me encuentro con este tipo de cosas. Por fortuna otras veces tengo la suerte de conocer a gente muy interesante y con grandes ideas de verdad.