Premiar a los verdaderos altruistas de Internet

José M. Alarcón
José M. Alarcón
Gallego de Vigo, amante de la ciencia, la tecnología, la sociología, la música y la lectura. Ingeniero industrial y empresario. Fundador de Krasis, especialistas en e-learning. Autor de varios libros y cientos de artículos.
Premiar a los verdaderos altruistas de Internet

En Internet los costes de distribución son mínimos. Por eso, tradicionalmente, en este medio se han utilizado intangibles gratuitos como estrategia de marketing y para atraer tráfico: sobre todo contenidos y software.

Es el caso de empresas como Google, que ha basado su preponderancia en que todo su software sea gratuito para el usuario final: desde el buscador hasta el correo, pasando por los mapas, Android… Todo a coste cero para que dependamos cada vez más de sus servicios, nos conozcan mejor y puedan vender más publicidad a sus anunciantes.

En esta misma categoría entran también los periódicos y redes de blogs comerciales que basan sus ingresos en el tráfico que reciben y que tienen un interés económico importante en crear material de alta calidad.

Todos ellos han hecho buena la máxima de que "En Internet, si el producto es gratis, entonces tú eres el producto", (como el el chiste anterior, de los sublimes Geek&Poke).

En la categoría de "altruistas por interés" incluyo a las empresas cuyo modelo de negocio se basa en el Freemium, es decir, regalar un producto base muy bueno para vivir del porcentaje de usuarios que se pasan a una versión de pago más completa. Me parece una estrategia muy lícita, aunque es una navaja de doble filo que perjudica a muchas más empresas de las que favorece (aunque esto es tema para otra ocasión).

En este grupo está claro que no hay altruismo alguno: es una estrategia de negocio o de marketing más. Pero no por ello debemos asumir que no merecen nuestra ayuda. Ya he hablado anteriormente de la importancia que tiene mirar de otra manera la publicidad respetuosa y bien dirigida, ya que de ello depende la supervivencia de muchos negocios. Especialmente para empresas pequeñas, el hecho de poner al alcance de todos un software freeware o una publicación gratuita supone un coste muy elevado y un gran riesgo.

Esta proliferación de contenidos y software gratuito de elevada calidad ha hecho que la conciencia general del usuario medio de Internet sea dar por hecho que esto es así, y que todo eso está a su disposición "por que yo lo valgo" y que no tienen nada que pagar ni que agradecer. Nada más lejos de la realidad.

Por eso me indigno cuando alguno me dice que se instala programas para evitar ver publicidad en los periódicos o que no quiere pagar el dólar que cuesta Whatsapp . Se ve que su trabajo es mucho más importante que el de esta gente, porque si le hiciesen lo mismo en su empresa, pondría el grito en el cielo y lo consideraría una grave injusticia.

El mayor problema de todos modos es que la mayor parte de la gente no sabe distinguir este primer grupo de servicios gratuitos de otro mucho más importante: el de los verdaderos altruistas.

Los verdaderos altruistas

En Internet existen también infinidad de proyectos que son gratuitos por simple buena voluntad, ganas de compartir con el mundo, altruismo para mejorar algún aspecto de la sociedad…

Gracias a esto tenemos por ejemplo blogs estupendos que nada tiene que envidiar al periodismo profesional o a los mejores profesores (conozco muchos, y ya es casi lo único que leo); existe la Wikipedia, Change.org o PatientsLikeMe; tenemos Freeware de alta calidad que podemos usar sin pagar un céntimo y que no tiene versión de pago tampoco; está por supuesto el Open Source donde el software no solo es gratuito sino que además podemos obtener su código fuente y modificarlo a voluntad…

¿Es justo tratar a estas iniciativas de la misma manera que a las empresas del grupo anterior?

Alguno puede argumentar que lo que hacen no es verdadero altruismo, que todos buscamos algo: reconocimiento o aumentar nuestro ego, poder, ayuda para desarrollar o probar un software, etc… Y seguramente será cierto, pero también se puede argüir que los que pasan sus vacaciones en un país de África ayudando a otra gente son unos pijos que lo hacen para sentirse mejor y no son personas totalmente altruistas. Hasta la Madre Teresa tenía sus detractores.

La RAE define "altruismo" como "Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio". Para mi un comportamiento altruista es aquel que beneficia a otros pero que claramente requiere cierto nivel de sacrificio personal.

Escribir un blog serio para divulgar conocimiento, crear una utilidad que ayuda a los que se la descargan a solucionar un problema, contribuir a un proyecto Open Source, editar la Wikipedia…. todo ello requiere muchas horas de esfuerzo y dedicación, esencialmente a cambio de nada. Sí, claro, te sientes muy bien haciéndolo, puedes ganar reconocimiento… pero al final si echas cuentas objetivamente, casi siempre te va a resultar mucho más rentable no hacer nada de eso.

Muchos de estos sitios web altruistas tienen un botón, muy reconocible, que dice "Donate". Es decir, si este post te ha ayudado o este software te ha resuelto un problema o si lo usas habitualmente porque te resulta útil, por favor dóname algo para que me compense un poco. A mi me gusta verlo como: si te he sido útil invítame a un café. Es algo tan sencillo como eso.

No es nada más que ser agradecido con alguien que te ha proporcionado un beneficio. Y no hay disculpa para no hacerlo pues son siempre cantidades pequeñas: 1 dólar, 5 dólares, 10 dólares como mucho, según el favor que te hayan hecho y lo agradecido que estés. Y tampoco es todos los días ni mucho menos.

Sin embargo, la mayor parte de la gente que conozco, jamás ha donado en Internet. Es más, ni se le ha pasado por la cabeza. La reacción de algunos es más o menos así:

Estas de coña?

Creo que ya es hora de ser conscientes de que el trabajo de los demás vale tanto como el nuestro. No estoy diciendo que no lo sepamos, por supuesto. Estoy diciendo que la mayor parte de las veces no lo tenemos presente. Y no nos equivoquemos, lo que disfrutamos gratis en Internet cada día supone una ingente cantidad de trabajo por parte de muchos altruistas.

Por eso, a partir de ahora, cuando te descargues un programa gratuito que uses a menudo, cuando leas un artículo técnico que te solucione un problema o te aporte conocimiento valioso, cuando la Wikipedia te aclare la enésima duda de la semana… por favor sé consciente del esfuerzo que hay detrás. Y si tienen un botón de donar, dónales en proporción al favor que te hayan hecho. Y si no déjales un comentario de agradecimiento o comparte el recurso en las redes sociales para que otra gente lo conozca y se lo puedan agradecer o donar, o si eres programador contribuye al proyecto Open Source... Existen muchas formas de pagar a un altruista.

Espero que este pequeño texto sirva para que alguna gente cambie su idea sobre este asunto y vea con otros ojos los servicios y contenidos que consume cada día en Internet.


P.S: Antes de que me lo pregunte alguien, evidentemente yo sí dono con asiduidad. Por ejemplo dono de manera puntual cantidades pequeñas cuando me descargo un programa útil que me ha resuelto una necesidad concreta. A ciertas organizaciones on-line les dono todos los meses una pequeña cantidad por su trabajo ya que los uso constantemente (a Wikimedia o Instapaper por ejemplo) aunque podría utilizarlos gratis igual. Cuando un software gratuito que admite donaciones pasa a formar parte de mi uso habitual, les dono una cantidad algo más importante, dependiente de la valía o la dificultad que tengan (por ejemplo a Paint.net , a 7-Zip o a RIOT) y también cuando sacan una nueva versión grande. He hecho donaciones desde la empresa cuando un software gratuito nos ha hecho un servicio (por ejemplo Calibre, herramienta Open Source para crear eBooks, o Cobian backup). Donar no solo es una satisfacción personal al hacerlo, sino que es un acicate para que esta gente estupenda siga haciendo lo que hace, y eso es un beneficio para todos y también para mi.

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