Miénteme: construir una máquina de la verdad para promover la ingeniería
Nota: Este post lo escribí inicialmente para nuestro boletín de campusMVP hace unos días, pero me ha parecido lo suficientemente interesante como para incluirlo también aquí para otro tipo de audiencia.
Uno de los principales problemas que existen en el mundo de la ingeniería, la ciencia y la innovación es la falta de vocaciones. Se trata de una dificultad de carácter mundial y ocurre prácticamente en casi todos los países. Dado que los más jóvenes encuentran la ciencia y las matemáticas complicadas y aburridas no se decantan por carreras técnicas y la oferta de trabajos en estas áreas casi siempre supera a la demanda, impactando enormemente sobre la capacidad de innovación de un país y sobre el desarrollo de algunas industrias.
Por eso mismo me gustan tanto las acciones que lleva a cabo la Swiss Academy for Engineering Sciences para tratar de promover el conocimiento de las disciplinas técnicas, mostrar lo divertido que puede ser resolver problemas y motivar así a los adolescentes hacia las carreras de ingeniería.
Me ha parecido espectacular y muy revelador en concreto el taller titulado “Seeking the truth”. La idea es plantearse preguntas como: ¿es posible medir la verdad de alguna manera? En caso afirmativo, ¿sería fiable esa medida?. Los jóvenes estudiantes tenían que plantearse estas y muchas otras preguntas y acabar construyendo un detector de mentiras ayudados por sus profesores.
Para hacerlo más real y medible se definía un juego en el cual había que descubrir quién había robado dinero del aula, “castigando” con ayudar en la limpieza de los baños del colegio tanto a los “ladrones” como a los “policías” que no eran capaces de acertar con quien mentía. Un poco cruel quizá, pero de esta forma se conseguía el estado de tensión necesario para que las posibles máquinas funcionasen con mayor exactitud.
Para llevar a cabo todo este experimento, casi lo de menos era el ensamblado del polígrafo. Lo importante era que los estudiantes se planteasen las preguntas correctas (¿Qué efectos fisiológicos se pueden medir? ¿es posible hacerlo? ¿cómo distinguimos una verdad de una mentira?¿cómo calibramos la máquina? ¿en qué secuencia es mejor hacer las preguntas?) y pensasen en cómo solucionar los problemas que se iban encontrando, divirtiéndose al mismo tiempo y perdiéndole el miedo al pensamiento científico y técnico.
El artículo completo de cómo se llevó a cabo esta experiencia lo puedes encontrar en “Lie to Me! or: Building a Polygraph”, y es de lo más interesante. merece la pena leérselo entero.
¡Ojalá este tipo de acciones fueran más comunes en España! 😒