El fin de Google Wave y los peligros de la adopción temprana
La semana pasada Google anunció que terminaba con el proyecto Google Wave definitivamente, sin haber salido siquiera de una beta restringida. La razón es que la gente no ha adoptado el producto como ellos esperaban. Básicamente lo que se desprende del anuncio es un lacónico “la gente no lo ha entendido”.
Es cierto que muchas veces el público en general no está preparado para adoptar tecnologías revolucionarias. Una verdad universal en innovación es que el momento elegido para presentar algo al mercado es esencial. Sin embargo no creo que este haya sido el caso.
En mi opinión Wave no ha tenido aceptación porque no tenía utilidades claras para casi nadie, y aún carecía de bastantes cosas. Es cierto que tecnológicamente tenía características impresionantes, como la edición conjunta distribuida en tiempo real desde el navegador o la sincronización inmediata a través de Internet, como ellos indican en ese mismo post. Pero en realidad no aportaba ninguna funcionalidad esencial que no existiera previamente. Y el efecto de la inercia es también fuerte en las personas, la resistencia al cambio. Para que hubiera adopción tendría que haber ofrecido una funcionalidad radicalmente diferente, algo de verdadero valor para el usuario, no una tecnología impresionante.
Algo parecido pasó con Google Buzz, sólo que en este caso ni siquiera era una tecnología novedosa, sino un auténtico clon de Twitter metido con calzador a todos los usuarios de GMail. Tras echarle el vistazo de rigor, lo primero que hice fue desactivarlo. Los millones de usuarios que dicen que tienen son, en su mayoría, personas que no saben desconectarlo o ni siquiera se dan cuenta de que existe. Aunque ahora hay rumores de que están preparando una nueva red social para competir con Facebook, Google.me, así que veremos si consiguen lo que buscan. Facebook es mucho Facebook.
Cuando vi Wave por primera vez he de confesar que quedé impresionado por la tecnología que mostraban en las grabaciones. Y realmente, sin usarlo y tal y como lo describían, parecía que suponía una verdadera amenaza para el e-mail en su estado actual. En cuanto le puse las manos encima mi conclusión fue enseguida que no era una amenaza para el e-mail en absoluto. En el enlace anterior puedes ver mi opinión detallada sobre el producto y sus problemas.
Los programadores que se dejaron seducir por Wave y empezaron a desarrollar robots y extensiones para el entorno se quedan ahora tirados en la cuneta. Estos son los peligros de adoptar una tecnología de inmediato. Lo llevo viviendo desde mediados de los noventa y he podido constatar múltiples casos de empresas y particulares que apuestan por una tecnología y luego, de la noche a la mañana, ven su inversión de tiempo y esfuerzo reducida a cenizas por que ésta desaparece o el fabricante deja de desarrollarla.
Por eso, y aunque suene a herejía en mis labios, mi consejo sería que no adoptes una tecnología de inmediato salvo que ofrezca una ventaja muy clara para tus necesidades o sea la evolución lógica de la tecnología que estás usando ahora mismo. Si no es mejor esperar unos meses o un añito al menos, y ver así qué verdadero futuro le espera. Tampoco conviene esperar demasiado o puedes quedarte atrás. Como en casi todo en este mundo, en el medio está la virtud.