Ingenieros empresarios: fortalezas y debilidades de los perfiles técnicos metidos a pequeños empresarios
Resumen de mi charla para ingenieros que están acabando la carrera y mi punto de vista sobre su utilidad.
El pasado mes de junio me invitaron a hablar en la escuela de ingenieros industriales de Vigo ante los alumnos que terminaban la carrera este año.
Participábamos por turnos varios ponentes, todos ingenieros con años de experiencia, para contarles a los estudiantes nuestra visión sobre una faceta concreta del ingeniero en el mercado laboral, ayudándoles -supuestamente*- en su orientación profesional. Así, teníamos a un ingeniero que trabajaba en una multinacional, otro en el ejercicio libre de la profesión, otro funcionario... Y a mi me tocó hablar del ingeniero como empresario o, para ser más exactos, como pequeño empresario, que es lo que yo soy.
Mi charla la orienté hacia cómo el paso por una escuela de ingeniería me parece una gran experiencia para afrontar el mundo laboral independientemente de lo que hayas aprendido allí, y en particular para abordar el duro desafío de ser empresario en una PYME.
Pero el punto más importante era que nuestro carácter, potenciado por las escuelas técnicas, es también un lastre si no somos conscientes de nuestras limitaciones.
Lo que escribo a continuación no es exactamente un resumen de la charla, puesto que la hice mucho más visual y entretenida para dejar rápido claros los conceptos (y para ceñirme a las restricciones de tiempo). Pero transmite las principales ideas. Aunque yo lo enfoco a la carrera que estudié (ingeniero industrial), creo que la mayoría es extrapolable a casi cualquier carrera técnica y los perfiles de persona que las estudian. Evidentemente estos puntos dan para todo tipo de matices y para profundizar mucho más, pero la idea general creo que es correcta.
Espero que lo encuentres interesante.
La Universidad: ¿vale para algo?
Empecé mi intervención, tras presentarme, con una frase un tanto transgresora:
¡¡Los conocimientos que obtuve en la escuela de ingenieros no me han servido de nada!!
Y es que, más allá de mi caso particular** un tanto peculiar, soy de la opinión de que la mayoría de las veces lo que aprendes en la Universidad está alejado de lo que luego se demanda en las empresas.
Pero eso no quiere decir que el paso por la Escuela sea una pérdida de tiempo, algo fútil. Al contrario: yo no sería lo que soy si no fuese por haber pasado por allí.
Aparte de darte una base conceptual muy importante que luego te vale para extrapolarla en muchos problemas técnicos de tu trabajo, hay una razón más importante todavía: la Escuela ayuda a forjar tu carácter, te estructura el coco de una cierta manera, te enseña una forma de actuar y pensar… En definitiva potencia lo que en primera instancia te debería haber conducido a estudiar allí: una mente analítica, curiosidad y capacidad de trabajo.
Y sobre todo (al menos en mi época), la dureza de la carrera y la arbitrariedad de los resultados en muchas ocasiones, potencian enormemente la resiliencia, algo muy útil para la vida en general y para llevar una empresa en particular.
El carácter de los perfiles técnicos
Aunque nuestros rasgos de personalidad prototípicos y su potenciación en la Universidad nos ofrecen una importante ayuda para muchas cosas, sin embargo al mismo tiempo son un lastre para otras.
Nuestro carácter y la formación que recibimos nos moldean y nos ayudan a:
- Ser perseverantes
- Ser resolutivos
- Prestar atención a los detalles
- Convertirnos en buenos gestores de los riesgos
- Tener una gran capacidad de aprendizaje
- Ser resilientes y con capacidad de sacrificio
Y aunque todo esto parece estar muy bien, no todos los rasgos de carácter asociados a perfiles técnicos son siempre positivos.
Por ejemplo, la tendencia de los ingenieros y perfiles técnicos es a ser bastante "cuadriculados": analíticos, metódicos, con las ideas claras tras haber pensado sobre algo de manera lógica.
Pero el problema es que la realidad no siempre funciona de esa manera. El mundo, la mayor parte de las veces, no sigue la lógica y ello nos conduce a que:
- Nos olvidamos de que hay otros puntos de vista válidos, aunque no sigan la lógica
- Nos sentimos muy incómodos con la ambigüedad y las vaguedades
- Nos cuesta ejercer el pensamiento lateral, con una visión de túnel nada beneficiosa en ocasiones
- No tenemos paciencia con ciertas cosas, especialmente con los comportamientos ilógicos
- Muchas veces no nos damos cuenta de que lo perfecto es enemigo de lo bueno.
Todo esto nos lleva a grandes frustraciones.
Gestionar una empresa implica, sobre todo, tratar con personas, con sus puntos de vista y sus comportamientos muchas veces alejados de la lógica: trabajadores, clientes, proveedores... con muchos perfiles y formas de ver el mundo muy diferentes. Y eso puede ser muy frustrante para una mente cuadriculada si no aprendes a cambiar de opinión, a adaptarte, a aceptar puntos de vista disparatados para ti.
Se trata de algo muy difícil para alguien como nosotros.
Uno de mis vídeos favoritos de los últimos años es "The Expert" que creo que ilustra muy bien, basándose en la exageración, la forma de ver el mundo de los técnicos y de otros tipos de perfiles, y el conflicto de esquemas mentales que ello conlleva:
Y es que los que triunfan en las empresas no siempre son los más capaces técnicamente, sino los que se adaptan y son capaces de gestionar lo ilógico y lo imperfecto.
Al menos para ser empresario, hay que tratar de abandonar la idea de que hay dos formas de hacer las cosas: la mía y la incorrecta.
Y eso es algo muy, muy complicado y no siempre lo consigues.
Habilidades fuera de tu campo
Otra de las áreas en las que tradicionalmente patinan los perfiles técnicos es en la comunicación. Y las escuelas técnicas no hacen un buen trabajo para solucionarlo. En mi época todo rastro de ese tipo de formación en habilidades era inexistente.
Aunque no nos atraiga, es muy importante trabajar en áreas relacionadas con las habilidades de comunicación:
- Habilidades sociales
- “Inteligencia emocional”
- Liderazgo
- Networking
- Capacidad de vender
- Capacidad de comunicar
Es increíble que en las carreras técnicas no existan asignaturas que preparen a los futuros ingenieros en torno a estas cuestiones. No comprendo como es posible que alguna gente termine la carrera sin haber presentado nada en público en su vida (siendo corregido y ayudado), cometiendo faltas de ortografía o sin saber resaltar los puntos claves de un concepto complejo no técnico...
Dado que la Universidad no te lo proporciona debes buscarlo tú. Es importante en cualquier situación laboral, pero si vas a ser empresario es simplemente indispensable.
Otra área conflictiva para el ingeniero son los conocimientos no técnicos.
Si trabajas por cuenta ajena especializándote en un campo técnico concreto puedes obviar completamente otras áreas "blandas" del mundo de la empresa: gestión, marketing, dirección de personas... Pero si eres empresario no puedes permitirte ese lujo. Eso quiere decir que es necesario saltar de tu pecera y zambullirte sin reparo en las peceras de otros. Estudiar, leer de todo, estar en el mundo...
Y si no estás dispuesto a hacerlo, entonces contrata a alguien que lo haga por ti. Pero en ese caso no serás ya empresario: serás dueño de la empresa, que son cosas muy diferentes. Es como ser un trabajador por cuenta ajena pero en tu propia empresa. No tiene porque ser malo, pero hay que tenerlo claro y sacarse del medio.
Puntos clave
La siguiente imagen, de la última slide de la presentación, resume las ideas clave con las que me gustaría que se quedasen los recién titulados que aspiren a ser empresarios:
Y tú ¿qué opinas?
*Nota 1: el concepto de estas charlas me pareció muy interesante, y ya me hubiera gustado haber tenido una oportunidad similar hace casi dos décadas cuando estaba terminando la carrera. Sin embargo, y para ser sincero, no estoy seguro de que funcionase bien: por un lado por algunos ponentes (no todos), a los que les interesaba más hablar de si mismos que contar algo útil para los estudiantes; y por otro por los propios chavales, que en su mayoría transmitían la sensación de estar ahí por obligación y no por interés, con cara de vacas viendo pasar el tren. Una pena.
**Nota 2: en mi caso al acabar la carrera me orienté a una actividad completamente diferente a lo que había estudiado ya que soy ingeniero industrial mecánico, especialista en máquinas, y tengo una empresa TIC.