La molécula de gas emprendedora

José M. Alarcón
José M. Alarcón
Gallego de Vigo, amante de la ciencia, la tecnología, la sociología, la música y la lectura. Ingeniero industrial y empresario. Fundador de Krasis, especialistas en e-learning. Autor de varios libros y cientos de artículos.
La molécula de gas emprendedora

Como ya nos hizo observar Isaac Asimov en el magnífico Fundación, es muy difícil predecir el comportamiento individual de la molécula de un gas, pero sin embargo gracias a las leyes de la física es muy sencillo determinar el comportamiento de una masa de gas con miles de millones de moléculas. Del mismo modo es complicado predecir el comportamiento de una persona, pero sin embargo estudiando su entorno y su cultura es mucho más fácil vaticinar el devenir de una sociedad, un país o un grupo grande de seres humanos.

En los años '60 el psicólogo social holandés Geert Hofstede desarrolló su famosa teoría de las dimensiones culturales. Gracias a su privilegiada posición como fundador y responsable del departamento de investigación de recursos humanos de IBM, tuvo la oportunidad de realizar un estudio enorme encuestando a más 117.000 empleados de IBM en 53 países. Esto le proporcionó una ingente y estadísticamente significativa cantidad de información, obtenida además de una muestra homogénea en cuanto a nivel social y educativo. Esto último le permitía analizar las diferencias en base a patrones culturales diferentes en cada país.

Analizando toda esta información identificó inicialmente 4 ejes o dimensiones culturales que permitían diferenciar la cultura de un país de la de otros. En los años siguientes y hasta la actualidad ha seguido refinando la teoría y ha identificado dos dimensiones más, hasta alcanzar las 6 dimensiones que describen la cultura de un país.

Históricamente las dimensiones de Hofstede se han utilizado para analizar el comportamiento en las relaciones empresariales internacionales, en técnicas de negociación, en gestión empresarial y de personas, en marketing...

Al igual que el símil de la molécula de gas, cada individuo es muy diferente a los demás, pero analizando estas dimensiones culturales podemos tener una idea muy buena del comportamiento del global de la sociedad respecto a múltiples cuestiones.

Las 6 dimensiones de Hofstede

Hofstede identifica 6 dimensiones culturales para describir el carácter general de un país, las cuales tienen un valor que va desde 1 a 120:

  1. La distancia de poder (PD): esta dimensión expresa el grado hasta el que los miembros menos poderosos de la sociedad aceptan y esperan que el poder esté repartido de manera desigual. Un valor alto indica que la gente acepta la desigualdad y sabe cual es "su sitio". Un índice bajo indica que las personas no aceptan o no ven fácilmente esas diferencias de estatus.
  2. Individualismo frente a Colectividad (IVC): es el nivel de creencia en que en una sociedad cada individuo tiene que cuidar de si mismo (y como mucho de sus familiares más cercanos: cónyuge e hijos), frente a sociedades más colectivistas en las que se considera que la familia en su sentido amplio, tu grupo y la sociedad en general deben cuidar del individuo. Cuanto más alto su valor más individualista es la sociedad.
  3. Masculinidad/Femineidad (MAS): se refiere a la preferencia por medir el éxito en cuestiones materiales (conseguir el éxito, dinero, poder... serían índices altos) y en la competitividad, o por el contrario en cuestiones más próximas a la calidad de vida, las relaciones personales, y la cooperación etc... Hay quien denomina a esta dimensión de manera más correcta Cantidad vs Calidad de vida.
  4. Evitar la incertidumbre (UAI): expresa el grado de incertidumbre, riesgo y ambigüedad que una sociedad es capaz de admitir. La clave de esta dimensión es: aceptamos lo que nos depara el futuro sin grandes preocupaciones (índice bajo) o intentamos cambiarlo regulando y haciendo lo posible por tenerlo todo controlado (índices altos).
  5. Orientación a largo plazo (LTO): las sociedades con un índice alto conceden más importancia al futuro que al pasado y al presente, y sus valores son la persistencia, el ahorro y la capacidad de adaptación, la educación como preparación para el futuro. Las sociedades con un índice LTO bajo los valores están atados al pasado y al presente, y son más conservadoras, atadas a las tradiciones y a las obligaciones sociales. También se le llama Pragmatismo, aunque no debe confundirse con la idea de "ser práctico" sino con la idea de ver los cambios sociales e ideológicos con desconfianza (LTO bajo) o sin problemas (LTO alto), buscar resultados a largo (LOT alto) o a corto plazo (LTO bajo). Esta se añadió en 1991.
  6. Satisfacción frente a Moderación (IVR): refleja la tendencia de una sociedad hacia el disfrute de la vida sin cortapisas y a divertirse, y por el contrario, sociedades con bajo IVR donde se suprime el disfrute y además incluso se puede regular mediante estrictas normas. Esta se añadió en 2010.

Analizando estas 6 dimensiones se puede predecir cómo será el comportamiento de una sociedad en muchos aspectos sociales y económicos.

Emprendimiento y entorno socio-cultural

Esta teoría siempre me ha intrigado, en gran parte por lo que decía al principio: cada persona que conocemos es muy diferente y generalizar es muy arriesgado. Sin embargo, al fin y al cabo todos desarrollamos nuestros valores culturales basándonos en nuestro entorno y en lo que aprendemos de niños, a pesar de la globalización cultural y de nuestras tendencias personales.

¿Pueden realmente estas dimensiones explicar el resultado que obtenemos como nación (entendida como grupo social de entorno cultural similar) en muchas cuestiones como el crecimiento económico, la capacidad de reaccionar ante la adversidad o el planteamiento de las empresas?

Yo por ejemplo me pregunto por esto último. Me pregunto si nuestro entorno cultural definido a través de estas 6 variables puede ayudar a explicar la estrategia general de nuestras empresas, su tamaño, o la menor tendencia hacia el emprendimiento de España frente a otros países. Yo mismo a pesar de no considerarme una persona "común" en el sentido de que no comulgo con lo que parece lo más socialmente aceptado por la mayoría, sí que debo confesar que al final me identifico con muchas de las cosas que indican algunas de estas dimensiones para nuestro país.

Así que he recopilado en una tabla los valores de las 6 dimensiones de tres países del mediterráneo con dos países anglosajones, por similitudes culturales, a ver qué diferencias había:

Hostede-Tabla-Mediterraneo-Anglosajon

Yo creo que se aprecian mejor las similitudes y diferencias si hacemos un gráfico comparativo entre ellos:

Hostede-Grafica-Mediterraneo-Anglosajon Pulsa para aumentar

Si nos fijamos se ven algunas cosas curiosas:

  • Portugal y EEUU se parecen mucho en cuanto a la orientación al corto plazo (llamada "pragmatismo" pero no confundir con practicidad). Las empresas en estos países tienen más a ver el corto plazo, los resultados, que la planificación estratégica. Sus ciudadanos tienen claro la diferencia entre lo que les gusta y lo que no, saben en qué creen y es difícil hacerles cambiar de opinión. Sin embargo en España nuestra puntuación es más alta en esta dimensión (y muy parecida a Reino Unido y a Italia), por lo que los empresarios aquí quizá piensen más en el futuro, en el largo plazo, en la estabilidad... que en los resultados inmediatos. Eso seguramente nos lleva a temer más al riesgo, y a ser menos ambiciosos. A empresas más estables pero más pequeñas. Solo hay que ver la dimensión de certidumbre.
  • España, Italia y Portugal se parecen mucho en la dimensión de certidumbre o aversión al riesgo. De hecho, en lo de evitar la incertidumbre, tanto nosotros como nuestros vecinos lusos nos vamos al extremo de la gráfica. Los anglosajones sin embargo tienen una tolerancia al riesgo mucho mayor, y así se ve reflejado. Ese es el motivo que comentaba antes de que las empresas no tengan una gran capacidad de crecer (el que no arriesga no gana) y que un porcentaje tan anormalmente alto de los estudiantes universitarios aspiren a ser funcionarios para tener la vida "solucionada". Explica también que tengamos un porcentaje tan bajo de capacidad emprendedora.
  • En la distancia del poder tenemos también una clara diferencia con los países anglosajones. Eso significa que se acepta socialmente las diferencias jerárquicas, y en el caso concreto de las empresas, muchos trabajadores prefieren (y esperan) que le digan exactamente lo que tienen que hacer que tomar iniciativas propias. Esto es un problema de cara a la productividad y a que las empresas crezcan.
  • En "Masculinidad" también tenemos una puntuación tirando a baja. Esta dimensión se refiere al consenso en la sociedad, a conseguir mucho frente a vivir bien. Y que duda cabe que aquí nos gusta vivir bien. Hay un dicho japonés que bien podría ser español (o mejor aún galaico-portugués) que dice: "A clavo que sobresale, martillazo en la cabeza". Y es que en España (y más en Galicia y en Portugal) la cultura y la educación no fomentan que las personas sobresalgan, y el que lo hace normalmente es criticado o se le buscan las cosquillas. Forma parte de nuestra forma de ser, de nuestra idiosincrasia. De hecho, y a pesar de que las cosas han cambiado un poco en los últimos años de crisis, en España el que tiene un fracaso empresarial suele quedar marcado de por vida. Y eso no anima a emprender, a innovar o a hacer cosas diferentes. Fracasar es también muy importante y ayuda a avanzar económicamente a la sociedad.
  • En individualismo los países anglosajones se salen de la gráfica, aunque los italianos no van mal servidos tampoco. Nosotros estamos en un puesto intermedio, y Portugal mucho más abajo. La consigna en EEUU y UK es "que cada palo aguante su vela". Además en las relaciones con otras personas y empresas van "muy a lo suyo" lo que nos hace percibirlos como "poco considerados y maleducados" (a mi me lo suelen parecer, aunque hay excepciones, claro). Nosotros por el contrario somos más ceremoniosos, escribimos correos más largos, pero trabajamos mejor en equipo y nos resulta más fácil relacionarnos con otras culturas. En eso tenemos una ventaja y quizá sea uno de los factores claves del éxito de la internacionalización de muchas empresas en los últimos años.
  • Por fin nos queda la dimensión de la satisfacción. Aquí también hay una clara diferencia entre los países mediterráneos y los anglosajones.Una puntuación baja en esta dimensión significa que hay una gran tendencia al pesimismo, a disfrutar poco de la vida (por mucho que salgamos de fiesta). No somos los más pesimistas del mundo ni mucho menos, pero es curioso lo poco que puntuamos en esta dimensión siendo como somos juerguistas tradicionalmente. Quizá sea nuestra educación judeo-cristiana (vivimos en un "valle de lágrimas") la que nos coloca ahí. Lo cierto es que existe un pesimismo secular que nos persigue y está imbuido en nuestra forma de actuar en muchos casos: No nos sabemos vender, tendemos a infravalorarnos y siempre nos parece que no podemos competir con lo de fuera. Y esto es un problema. Los anglosajones  por otro lado van parejos y con una puntuación bastante más alta, afrontando los retos con más confianza.

Esta teoría de las dimensiones culturales, si bien no es perfecta, parece que sí que tiene validez para muchas cosas. Estoy seguro de que se puede aplicar a muchos otros aspectos de nuestra vida en sociedad, pero este modesto análisis que he hecho orientándolo hacia el mundo de nuestras empresas, a mi por lo menos me ha resultado interesante. De él saco las siguientes conclusiones:

  • Deberíamos tratar de ser más arriesgados: en los planes empresariales y en el puesto de trabajo. Nos ayudaría a crecer como país, aunque algunos se pegaran el batacazo en el proceso.
  • Es importante que se fomenten algunos modelos de personas con "éxito". No me estoy refiriendo exclusivamente a éxito material, sino en muchos otros ámbitos: social, científico, cultural. Que los jóvenes tengan unos referentes sociales, culturales y empresariales mejores que los futbolistas, tronistas y gente de la cultura del pelotazo. Unos referentes que nos hagan mejorar a todos como sociedad.
  • Podemos aprovechar nuestro carácter para salir al exterior y conseguir éxitos. Muchas personas lo han hecho, y muchas empresas también.
  • Tenemos que "creérnoslo" más. Somos muy buenos en muchas cosas y no tenemos nada que envidiar en cualidades individuales a personas y empresas de otros países. Cualquiera que tenga un poco de experiencia internacional te lo puede confirmar.

Ahora solo falta que la sociedad logre la inercia necesaria para que logremos cambiar en los próximos años algunas de estas dimensiones de Hofstede, y de paso que muchas cosas vayan a mejor...

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