La generación L'Oreal

José M. Alarcón
José M. Alarcón
Gallego de Vigo, amante de la ciencia, la tecnología, la sociología, la música y la lectura. Ingeniero industrial y empresario. Fundador de Krasis, especialistas en e-learning. Autor de varios libros y cientos de artículos.
La generación L'Oreal

Una cosa que me da muchísima rabia es verme a mi mismo como uno de esos viejos cascarrabias que se sientan con los amigos en un banco y se dedican a criticar todo lo actual, diciendo cosas como: "Ya no se hacen coches como los de antes" o "La juventud de ahora es una vergüenza".

Pero lo cierto es que ya no se construye nada como lo de antes (en la escuela de ingenieros aprendíamos a hacer eso) y los jóvenes de ahora desde luego son muy diferentes a nosotros. Y lo dice uno que este mes va a cumplir 39 años, así que ¡no me quiero imaginar qué diré cuando tenga 70! 😒

Nota: Como todas las generalizaciones, esta también es mala. Obviamente no se puede  decir que todos los comportamientos que describo sean así para TODOS los individuos de cada generación, pero sí para una gran mayoría. La sociología estudia las masas por algo, sino se llamaría psicología. Como es natural existen miles de excepciones y tengo la suerte de conocer a unas cuantas de éstas de primera mano, así que nadie se ofenda al leer esto salvo que, realmente, se vea reflejado fielmente en las descripciones, claro 😉

De lo que se considera gente joven actualmente (entre los 16 y los 34 años), existen dos grupos bien diferenciados:

  • La generación Y, nacidos entre 1986 y 1995 (aunque abarca realmente hasta 1998, pero los del '95 son los que tienen ahora 16 años). Muchos de esta generación son lo que en España se conoce como Chonis (en el caso de ellas) o Shurmanos (en el caso de ellos). Son los que crecieron con la PlayStation, el Reggaeton, el *Messenger *y el botellón all-night-long. Lo suyo es el consumismo salvaje y aspiran convertirse en concursantes de gran hermano o futbolistas. Me hizo mucha gracia cuando casualmente ayer me leí, tras comentármelo ella misma, este post de la buena de Lucía Taboada  sobre gente que quiere ser asistente de vuelo. Creo que refleja muy bien la forma de pensar muchos miembros de este segmento de la población.

  • La generación X, los nacidos entre 1977 y 1985. Esta es la generación posterior a la mía (la del baby-boom). Tienen ahora entre 26 y 31 años. Muchos de ellos siguen viviendo en casa de sus padres, en parte por la dificultad de independizarse y también porque algunos todavía están terminando sus estudios universitarios. Tienen por lo general un carácter vividor, prefieren no tener preocupaciones. Son la generación de los videojuegos, las series yanquis y los dibujos animados japoneses de los años 90.

GeneracionX Foto por Andrew Rennie

Hacer una segmentación por edad tiene mucho sentido ya que todos ellos se han criado bajo unas condiciones socio-culturales muy parecidas, marcadas poderosamente por los medios de comunicación; que al final por desgracia son los que imponen en gran medida los valores predominantes en la sociedad en muchos de los casos. Aunque claro está, muchos tienen la suerte de que en sus casas haya padres responsables que les puedan inculcar otra forma de pensar.

A partir de estos grupos segmentados simplemente por edad se pueden sacar sub-segmentos con características parecidas, de los cuales a mí me interesan especialmente dos. El primero porque me sorprende de manera muy negativa pues no pensé que podría darse, y el segundo porque -aunque no me sorprende- me irrita mucho y lo tengo que sufrir de vez en cuando.

La generación Ni-Ni vs Emprendedores vs Funcionarios

Desde luego hay un grupo de jóvenes que son una vergüenza. Se trata de los que pertenecen a la famosa generación Ni-Ni que ni estudia ni trabaja pero no porque no puedan, sino porque no les interesa lo más mínimo hacer nada y prefieren vegetar en su sofá. Se caracterizan además por un profundo desconocimiento de las cuestiones más básicas y fundamentales (no te pierdas este vídeo), fruto de la más absoluta desidia.

Por fortuna, más allá del alarmismo que surgió a raíz del programa de televisión que los hizo famosos, la generación Ni-Ni es en realidad bastante pequeña. Según [el último estudio de empleo y trabajo](http://www.cje.org/C10/C8/OBJOVEM%20Nº%2012%20(Cuarto%20trimestr/default.aspx?lang=es-ES) del 4º trimestre de 2010, realizado por el Observatorio Joven de Empleo del Consejo de la Juventud de España (CJE). Si restamos del total los que están trabajando (el 72,2%), los que están formándose, los que están trabajando en alguna actividad no remunerada (activismo social, por ejemplo) o los que no trabajan porque no pueden, entonces nos queda que la famosa generación Ni-Ni representa tan sólo un 5,6% de la juventud hasta los 34 años.

Por otro lado es interesante observar otra estadística extraída del estudio: si sumamos los jóvenes que son empresarios (2,24% del total), los autónomos (6,17%) y los miembros de alguna cooperativa (0,11%) vemos que un 8,52% de los jóvenes son en cierta manera emprendedores y saben buscarse la vida para salir adelante. Esto es un dato interesante pero en mi opinión todavía representa un porcentaje insuficiente ya que, por ejemplo, una fracción mayor aún -el 11,83%- son funcionarios. Y si no hay más es porque no salen más plazas, eso seguro. Pregunta en una Universidad o instituto cuántos de los alumnos quieren emprender y cuántos quieren ser funcionarios. El resultado te deprimirá.

 Necesitamos más emprendedores que funcionarios para poder salir del agujero en el que estamos cayendo. como ya he dicho en este blog en varias ocasiones, creo que se debería fomentar más la cultura emprendedora y el que la sociedad sea más tolerante al fracaso de estas personas.

La generación L'Oreal

Sin embargo, el conjunto de personas sobre el que quería llamar la atención hoy es el que yo llamo "Generación L'Oreal". Esta denominación se me ocurrió hace ya varios años a partir de comportamientos -para mí extraños- que veía en entrevistas de empleo y hablando con personas a raíz de mi trabajo.

Y es que al igual que el eslogan de la famosa marca de cosméticos, el individuo de este segmento piensa que todo lo que le interesa lo debe obtener simplemente por una razón: "porque yo lo valgo".

¿Te parece un comportamiento exagerado? A mí no. Y de hecho la televisión y los medios de masas transmiten esta idea constantemente a través de anuncios como los de L'Oreal que cito y los de muchas otras marcas, además de programas para descerebrados en los que se gana dinero, princesas del pueblo, etc.... Aún he visto esta semana al menos dos o tres anuncios que expresan claramente esta idea con frases como "tú te lo mereces" o "no tienes que conformarte". Y eso que yo veo poco la tele comercial.

Los miembros de este segmento pertenecen en su mayoría a la denominada Generación-X que antes he definido.  Sus padres se habían criado en los estertores del franquismo, y por lo tanto tenían muy imbuida la idea de que prohibir era malo y de que a sus hijos no debía faltarles de nada.  Los padres de los de mi generación, por el contrario, aún pensaban que prohibir no era del todo malo y que, aunque también querían que no nos faltase de nada, al menos había que esforzarse para conseguirlo y así valorar lo que conseguías. Y aunque muchas de estas cosas no las entendíamos cuando éramos niños, el tiempo les ha dado la razón en muchas cosas (en otras no).

Si a la actitud de sus padres le sumamos que se criaron en la época de mayor crecimiento económico de la historia de España, con la extensión del liberalismo económico en todo el mundo y bajo la influencia de unos medios de comunicación masivos manipuladores, es lógico que piensen así. Son verdaderos niños criados dentro de una burbuja.

Foto por mjecker

Su código de tomar decisiones son sus propios intereses de manera que todo se ve como "me produce beneficio" o "no me produce beneficio". Todo lo bueno que les pasa lo atribuyen a si mismos y todo lo malo es consecuencia siempre de algo externo (ya de pequeños decían "me han suspendido en matemáticas" pero "he aprobado literatura").

Este modo particular de ver la realidad (realidad aumentada sobre sí mismos, diría yo) hace que casi siempre se fijen sólo en sus propias virtudes y habilidades, disimulando de manera muy hábil los propios defectos: en la mayor parte de los casos achacando los fallos a otras personas, o simplemente restándoles carga moral, como si hacer determinadas cosas mal no revistiera importancia alguna.

Este tipo de gente suele tener estudios medios o superiores, aspiran a entrar en las empresas ganando un dineral y trabajando pocas horas (lo primero que suelen preguntar es cuánto les pagas y cuándo hay vacaciones). Piensan que por el mero hecho de haber estudiado una carrera (en este país, jajaja), ya son unos expertos y no van a aprender demasiado trabajando en una empresa...

Por suerte para ellos les tocó vivir una época hace unos años donde otra burbuja (la económica) les permitía vivir ese sueño, ya que podían permitirse el lujo de exigir y se les daba. Por suerte o por desgracia, lo que ha ocurrido hace unos años ha dado al traste con muchas de estas ínfulas (aunque no en todos los sectores) y ahora tenemos mucha gente joven quemada y desmotivada porque tenían unas expectativas tan altas de sí mismos que, al no ser realistas, les producen un desasosiego vital que no pueden tolerar. Esperemos que se les pase o papá y mamá les paguen un buen psicólogo, porque como ya he dicho aquí los buenos tiempos de la vida en la burbuja no volverán.

Estoy seguro de que hay mucha otra gente de esta generación que no es así. Es más tengo la suerte de conocer y tratar a algunas de ellas, a algunas incluso con mucha cercanía.

Pero con los demás... ¿crees que soy demasiado descarnado en esta descripción? ¿Injusto tal vez?

Las nuevas teorías de recursos humanos nos hablan de cómo motivarlos. Nos dicen básicamente: "poned todo a su gusto y para que estén bien, dadles cancha y veréis cómo responden..." Como dicen los ingleses: bullshit.

Eso sí, lo que es indudable es que hay que acostumbrarse a convivir con ellos, pero ellos deben acostumbrarse a que no todo en la vida es "por que yo lo valgo". Así encontraremos el punto de equilibrio.

Y por cierto, sobre los de mi generación también hay mucho que decir... y no todo bueno 😉. Pero eso será cosa de otro post.

Así que como tenemos que convivir: ¡Viva la generación L'Oreal!

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