La falacia "empresarios vs trabajadores"

José M. Alarcón
José M. Alarcón
Gallego de Vigo, amante de la ciencia, la tecnología, la sociología, la música y la lectura. Ingeniero industrial y empresario. Fundador de Krasis, especialistas en e-learning. Autor de varios libros y cientos de artículos.
La falacia

Últimamente, a raíz de la situación económica, están volviendo ciertos ecos de otros tiempos, quizá más propios de los albores de la Revolución Industrial. Se oyen de nuevo, a menudo y con fuerza, términos como "patronal" y "proletariado", tratando de crear un antagonismo innecesario, en la mayor parte de los casos con el objeto de polarizar a la opinión pública por intereses políticos.

La imagen que se tiene en España de los empresarios es nefasta. Parece que los malos son los empresarios y los buenos los trabajadores, lo cual es absurdo como toda generalización. Pero lo más importante es que esta distinción entre "empresario" y "trabajador" es una falacia en la mayor parte de los casos.

Me explico, pero primero unos datos…

PYMEs y Autónomos

Según la Subdirección General de Apoyo a la PYME (PDF, 535KB), en España hay 3.195.210 empresas, de las cuales el 99,88% son PYME. Es decir, hay más de 3 millones de empresas pequeñas y medianas y menos de 4.000  empresas (3.794 para ser exactos) de más de 250 trabajadores (datos de 2011).

Si dividimos esas PYME un poco más, los números son muy interesantes:

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Como vemos solamente el 0,6% de las PYME españolas tienen más de 50 asalariados. El 95,5% tienen menos de 10 empleados, pero es que el 55,2% son autónomos. Y es que muchas veces nos olvidamos que el peluquero, el que te vende el pan, el electricista o el fontanero, son también empresarios.

Las PYME contribuyen con un 62,9% del empleo privado del país (un 30,2% las micro-empresas de menos de 10 empleados), pero han sido las más afectadas en este apartado por la situación económica, ya que han sufrido un 30% de reducción de empleo desde el año 2008.

Nota: Un dato curioso, pero no sorprendente, es que el 5,81% de las empresas del país son "establecimientos de bedidas", o sea, bares. Eso también dice mucho sobre como es el país 😉

Un último dato revelador: El 97,4% de las empresas ingresaron menos de 2 millones de euros. Un 2,0% ingresan entre 2 y 10 millones. Las que tienen ingresos comprendidos entre 10 y 50 millones representan el 0,5%, y sólo el 0,1% ingresaron más de 50 millones de euros en 2011.

¿Dónde está el dinero? ¿Dónde está el trabajo?

Cuando oigo hablar de los empresarios en términos de ladrones, aprovechados del trabajo ajeno, etc… me llevan todos los demonios. Cualquiera que se pare a meditar un minuto sobre el tejido empresarial español se da cuenta de que hay dos tipos de empresarios: la mayoría, que somos un trabajador más de nuestras empresas, y los grandes empresarios (en el sentido de que tienen grandes empresas, no de que realmente siempre lo sean). Y existe una enorme diferencia.

Ser empresario en una PYME no es un trabajo fácil. Por regla general montar una empresa supone un esfuerzo enorme en todos los aspectos: económico, mental, de estrés, de sacrificio personal…. Sobre todo los primeros años, trabajas 12 horas al día, no desconectas nunca, si no hay dinero eres el último en cobrar (si es que cobras)… Eres el director general, el que crea el producto o servicio, el telefonista, el comercial, el director de personal, y muchas veces el encargado de la limpieza. Una de las mayores sorpresas que te llevas es descubrir que, cuando contratas a tus primeros empleados, en lugar de trabajar menos trabajas mucho más. Y es que dirigir lleva mucho tiempo y es mucho más difícil de lo que se piensa. Vacaciones: ¿qué es eso?. Y encima, hagas lo que hagas, siempre serás el cabrón del jefe.

Si te va mal te quedas con las deudas, sin derecho a paro y siendo un apestado para las empresas. Si por el contrario, al cabo de bastante tiempo logras estabilizar la empresa para que vaya bien y dé algunos beneficios, podrás tener un nivel de vida medio-alto, pero nunca vas a ser multimillonario (ni mucho menos). Fíjate en las cifras anteriores…. Y encima, cuando tras muchos años de esfuerzo empiezas a ver algo de dinero, resulta que eres un ladrón y un aprovechado porque empiezas a vivir más o menos bien. Váyanse ustedes a la mierda, hombre.

Uno no se mete a empresario para hacerse millonario La mayoría nos hacemos empresarios porque queremos hacer algo diferente, porque nos gusta marcar nuestro propio destino, porque quizá tengamos la esperanza de vivir mejor dentro de muchos años si logramos que nos vaya bien. Pero seguimos siendo trabajadores como el que más, sino más.

Una cosa es esto o esto, y otra es un empresario con 4, 7 o 15 empleados, que cada día debe trabajar muchas más horas que ellos,  pensar 24x7 en la empresa y pelear con los de fuera (clientes que pagan tarde o no pagan, proveedores que no cumplen, bancos que no financian…) y lamentablemente muchas veces con los de dentro también para lograr sobrevivir.

Conclusión

Sí, lo sé, hay muchos empresarios que son mala gente y se aprovechan, abusan y se enriquecen a costa de los demás. Pero es que, por supuesto, también hay muchos trabajadores que roban, defraudan y engañan a la empresa y a sus compañeros. En todos los estratos de sociedad existen asesinos, psicópatas, ladrones, pedófilos y mala gente. El ámbito laboral no es diferente: depende de las personas, no de una etiqueta que nos quieran poner a unos y a otros.

Al igual que las leyes y la tributación apenas hacen distinciones entre los grandes y los pequeños (y eso es parte del problema económico existente en la actualidad), parece que muchas veces la sociedad tampoco es capaz de discernir. Y no debería ser así.

A gente que comete desmanes como los que referencio en un par de enlaces más arriba deberían encarcelarlos, no sólo por los efectos económicos y el impacto sobre sus trabajadores y las familias de éstos, sino también por el daño que hacen a la imagen de los empresarios y a la marca de nuestro país en el exterior.

Y con esto tampoco quiero decir que todos los grandes empresarios sean mala gente por el mero hecho de serlo. En absoluto. Pero desde luego no son, en general, iguales que los pequeños empresarios. Lo siento, pero a mi la CEOE no me representa. Nunca me he sentido representado ni identificado cuando salían en la tele hablando de "lo que necesitamos los empresarios" gente como Gerardo Díaz Ferrán, Fernando Fernandez-Tapias o Joan Rosell.

Así que, por favor, antes de hablar en términos absolutos parémonos a reflexionar. El 99% de los empresarios somos trabajadores, y se nos debería tratar en todos los sentidos de una forma diferente a los que solamente son empresarios.

History-of-Paris-Industrial-Revolution

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