Innovación con sentido social: luz sin baterías ni corriente

José M. Alarcón
José M. Alarcón
Gallego de Vigo, amante de la ciencia, la tecnología, la sociología, la música y la lectura. Ingeniero industrial y empresario. Fundador de Krasis, especialistas en e-learning. Autor de varios libros y cientos de artículos.
Innovación con sentido social: luz sin baterías ni corriente

Como ya he comentado en otras ocasiones, la innovación no tiene porqué estar relacionada con las últimas tecnologías ni con productos maravillosos pero totalmente prescindibles. De hecho existen innovaciones sencillas, poco aparentes, que pueden tener un impacto gigantesco en ciertas zonas geográficas o capas de la sociedad menos favorecidas. Son este tipo de innovaciones con sentido social las que más me gustan y las que prefiero resaltar aquí.

Ciertas ventajas de la vida en los países desarrollados las damos por hecho cada día, y apenas pensamos en ellas pues son consustanciales a nuestra sociedad. Sin embargo se encuentran fuera del alcance de una gran parte de la población mundial.

Según estimaciones del Banco Mundial, existen alrededor de 1.500 millones de personas en el mundo que no tienen acceso a la electricidad. Por lo tanto no pueden utilizar ninguno de los aparatos asociados a la vida moderna de los que tanto dependemos en los países desarrollados. Algunos de ello, sin embargo, son esenciales para mejorar su calidad de vida.

Por ejemplo, un gesto tan trivial como el que hacemos cada día cuando anochece, como es encender una luz eléctrica, está fuera del alcance de una quinta parte de la humanidad. La mayor parte de estas personas tiene que utilizar insalubres y peligrosas lámparas de keroseno para alumbrarse en la oscuridad.

Como consecuencia de ello unos 780 millones de mujeres y niños aspiran humos que equivalen a fumar dos cajetillas de tabaco diarias (un 60% de las mujeres que mueren de cáncer de pulmón en los países en vías de desarrollo no son fumadoras), y los mismos humos causan también cataratas, infecciones y quemaduras graves a millones de personas cada año. La luz de estas lámparas atrae a los mosquitos que pican a las personas y transmiten enfermedades. El impacto ambiental de este tipo de combustible es también enorme. Las consecuencias no se detienen ahí, sino que también son de carácter financiero: dado que el keroseno es caro, solo contando el utilizado para iluminación, su coste puede llegar a consumir entre el 10 y el 20% de los ingresos familiares en estos países, con las consecuencias sobre la calidad de vida que ello implica.

Para solucionar este problema muchos han pensado en la energía solar. Sin embargo se ha mostrado ineficaz por muchos motivos entre los que cabe destacar su elevado precio y la necesidad de baterías para acumular electricidad cuando no hace buen tiempo…

Una luz en la oscuridad

Una vez que meditas sobre las escalofriantes cifras anteriores es cuando realmente puedes calibrar la importancia de una innovación como Gravity Light.

Se trata de un genial dispositivo creado por el estudio de diseño Londinense Therefore, liderado por **Martin Riddiford **(en la foto). La ingeniosa combinación de engranajes y poleas que diseñaron permite generar media hora de luz eléctrica a partir del descenso de un saco de unos 11 Kg de peso. La lámpara se cuelga del techo, se levanta el peso a su posición inicial y éste comienza a deslizar. Mientras desciende genera electricidad suficiente para mantener encendida una bombilla LED que es incluso más luminosa que una lámpara de keroseno. Al llegar abajo alguien debe volver a levantar el peso, pero es la única dependencia que tiene el dispositivo: ni baterías, ni corriente eléctrica ni ningún tipo de energía externa. Por un trabajo "bruto" de 3 segundos para levantar el peso obtienes hasta media hora de luz. **Y lo mejor: ¡cuesta unos $5 **(unos 3,8€) y no tiene mantenimiento ni necesidad de recambios!.

Puedes verlo en funcionamiento y conocer más detalles en este vídeo:

Tras varios años refinando el prototipo lanzaron el proyecto en el sitio de crowfunding Indiegogo.com. su idea era conseguir $55.000 para construir los primeros dispositivos en serie. Lograron casi $400.000 por parte de más de 6.000 donantes.

Gracias a su innovación han logrado llevar luz y aliviar los problemas económicos y de salud a miles de familias en países en vías de desarrollo.

Innovadores como estos son los que de verdad inspiran y ayudan a creer en que no todo está perdido...

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