Construye puentes que casi se caigan

José M. Alarcón
José M. Alarcón
Gallego de Vigo, amante de la ciencia, la tecnología, la sociología, la música y la lectura. Ingeniero industrial y empresario. Fundador de Krasis, especialistas en e-learning. Autor de varios libros y cientos de artículos.
Construye puentes que casi se caigan

Yo estudié ingeniería industrial mecánica, y dentro de nuestra formación en los últimos años había una carga importante de cálculo de estructuras. La verdad es que hoy en día, dada mi actividad, todo eso que aprendí no me sirve de mucho, pero siempre es posible extraer enseñanzas interesantes de casi todo.

Un concepto relevante que estaba implícito en estas asignaturas de diseño de elementos estructurales se resume en esta ingeniosa frase que de cuando en cuando saco a relucir:

"Construir un puente que no se caiga es muy fácil. Lo verdaderamente complicado es construir uno que casi se caiga."

Sustitúyase "puente" por "eje", "edificio" o, por qué no, "proyecto" o "empresa" por poner unos pocos ejemplos. Y es que este concepto tiene más trasfondo de lo que parece y puede ser aplicado a muchas otras tareas y situaciones.

puente_de_rande Puente de Rande, en Vigo

El trabajo de dirigir una empresa (especialmente una PYME) y tomar decisiones es (o debería ser) una continua aplicación de esta regla de oro, una búsqueda incesante del equilibrio justo en cada una de las cosas que se hacen.

Y esto es algo que no siempre se comprende en las empresas, especialmente por los que no deciden. Por ello cuando la dirección -con los números en la mano- toma ciertas decisiones guiadas por este principio, en muchas ocasiones puede no ser entendido por los que deben ejecutarlas. Lo cual a veces es un grave problema.

Digamos que es fácil asumir que si no se tiene presupuesto no se puede construir el puente, ya que se caería. Esto lo ve cualquiera. Pero mucho más complicado es comprender que, aún teniendo presupuesto y recursos más que de sobra, no es recomendable tampoco construir un puente con los pilares excesivamente grandes o preparado para soportar cargas mucho mayores de las que se necesitan. Es mejor dedicar los recursos sobrantes a otros proyectos.

Así, en una empresa, es preciso gastar en los proyectos internos lo justo y necesario, pero no más. Por el hecho de que un proyecto sea precioso e interesante y además haya presupuesto para hacerlo, no quiere decir que sea recomendable llevarlo a cabo. Esto vale para cualquier área de la empresa: marketing, operaciones, sistemas...

Si quieres que la empresa sobreviva a largo plazo hay que estudiar y valorar todo lo que se hace, hasta lo que parece más obvio. Así se ve con más claridad si es necesario, si se obtendrá el beneficio esperado, y se podrá medir el retorno de la inversión. Eso implica pararse a reflexionar, ver diferentes opciones, rellenar muchas Excel y tratar de medir los efectos no cuantitativos del algún modo (¿cómo mides la pura imagen de marca o el descenso de defectos en los productos?. Se puede, pero no es tan fácil).

Un corolario de esta tesis es también que, el hecho de tener mucho presupuesto y poder utilizarlo, resulta en muchas ocasiones un verdadero impedimento para gastarlo sabiamente. El motivo es que cuando no hay restricciones de gasto tampoco existen alicientes para innovar, para buscar formas nuevas y frescas de solucionar las cosas.  La cultura popular suele rebosar sabiduría y dice cosas como que "El hambre agudiza el ingenio", y también habla de "Matar moscas a cañonazos". Por algo será.

Así que, si debes tomar decisiones en tu empresa: ¿construyes puentes que casi se caigan (pero no lo hagan) o te dedicas a ir a lo fácil porque te dan presupuesto y recursos?. Y si "sufres" las decisiones de otros ¿te has parado a pensar en si ese puentecito es todo lo que se necesita y uno más grande no os aportaría verdadero valor?

De todos modos los puentes bien diseñados para casi caerse también pueden desplomarse. Si ocurre te puede quedar la duda de si ha sido por ir demasiado al extremo de ese "casi" y si quizá hubiese acabado mejor gastándose más. Para eso se inventaron los factores de seguridad que todo decisor prudente debe aplicar. Ahora bien, si has hecho bien tu trabajo probablemente es que el puente tenía que caerse sin remedio. Así que preocúpate mejor de planificar, calcular y medir bien. La mayor parte de las veces eso será suficiente.

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