¿Eres uno entre un millón?: Conocimientos vs Experiencia vs Talento

José M. Alarcón
José M. Alarcón
Gallego de Vigo, amante de la ciencia, la tecnología, la sociología, la música y la lectura. Ingeniero industrial y empresario. Fundador de Krasis, especialistas en e-learning. Autor de varios libros y cientos de artículos.
¿Eres uno entre un millón?: Conocimientos vs Experiencia vs Talento

Basta leer un periódico cualquier domingo para darse cuenta de que, en todas las ofertas de trabajo, lo que más se valora es la experiencia, seguida de la titulación, es decir, los conocimientos “de base” del candidato. Al mismo tiempo, y según un recientísimo estudio de la OECD, casi la mitad de los titulados universitarios españoles ocupan un puesto por debajo de su nivel formativo. De hecho ocupamos el primer puesto en este lamentable ranking que seguramente has visto estos días en muchos sitios:

OCDE

Algo no cuadra.

Algunos ya vaticinan hace tiempo que los conocimientos se están convirtiendo en un mero producto. Y yo pienso que no les falta razón. La información está, cada vez más, al alcance de cualquiera con voluntad de aprender, por lo que no es ya algo diferencial. Hace falta algo más...

... ¿Experiencia?

Bueno. Está claro que la experiencia es muy importante, ya que lo que provoca es que cometamos muchos errores y aprendamos de ellos. Yo aprendo mucho cada año con todos los errores que cometo. Por desgracia esa experiencia, por definición, llega siempre tarde, cuando ya hemos metido la pata. Como reza un proverbio (creo que es belga):

La experiencia es un peine que nos da la vida cuando ya estamos calvos

😉

Pero como en la vida hay que hacer cosas parecidas muchas veces, bienvenidos sean los errores.

Se aprende más de los errores que de los aciertos, y unos años cometiéndolos son una gran escuela. Pero precisamente por eso no todas las experiencias son iguales. Hay quien te dice que tiene 10 años de experiencia pero en realidad la tiene sólo de un año repetida 10 veces. Y esto no cuenta. Ya no.

Lo que de verdad hace falta es aportar...

...Talento.

Estoy convencido de que todos tenemos al menos un talento natural para algo. pero por desgracia nuestro sistema educativo no nos orienta hacia que cada uno lo aproveche. Sobre este asunto tengo que recomendar vivamente el visionado de la motivadora ponencia de Sir Ken Robinson en el TED de Febrero de 2010: Bring on the Learning Revolution! (subtítulos en varios idiomas).

Es una desgracia estar dedicado a algo para lo que no tienes talento y de lo que no disfrutas.

Esto, por supuesto, no es nada nuevo. Cicerón, en el siglo I antes de Cristo ya decía:

"La habilidad natural sin educación ha llevado al hombre a la gloria y la virtud más veces que la educación sin habilidad natural"

Y de esto hace más de 2.000 años, pero parece que la mayoría no lo tenemos claro todavía.

Pero... ¿Qué es el talento?

El talento es difícil de identificar en los otros. Es algo innato que cada uno sabe identificar en si mismo cuando hace algo de introspección honesta.

Para tratar de encontrar una forma general de explicarlo voy a poner un ejemplo...

Supongamos que no sabes resolver jeroglíficos y que te voy a enseñar a resolver el siguiente (típico, por cierto, de los periódicos dominicales):

Modistos Talento_Jeroglifico1

Las respuesta es muy fácil: "Sastres".

La regla para resolverlo sería:

Fíjate en si se repite algo en la figura y trata de combinar lo que se repite con el número de veces que lo hace.

Te acabo de proporcionar un conocimiento, sobre cómo resolver este tipo concreto de jeroglífico.

Ahora, con este conocimiento te pongo este nuevo acertijo:

Ganar Liga y Copa Talento_Jeroglifico2

La respuesta en este caso es un poco diferente pero entra dentro de los conocimientos que proporciona la regla anterior para resolverlo: "Doblete" (doble-T).

Lo que te acabo de proporcionar es experiencia.

Si ahora resuelves 8 más similares a estos, en mi opinión, no tendrás 10 jeroglíficos de experiencia, sino la misma experiencia 10 veces. ¿Ves por dónde voy?

Para demostrarlo, ahora voy a poner un tercer jeroglífico:

¿Cómo se te ocurren estas ideas? Talento_Jeroglifico3

Vale. Este es sólo un poco diferente a los demás. Tiene una 'U' por lo que si seguimos nuestros conocimientos anteriores y la "experiencia" de haber resuelto otros 10 similares, podríamos dar vueltas y vueltas a una 'U' y el número 1, pero no llegaríamos a nada para resolverlo basado sólo en conocimiento y experiencia.

Aquí se necesita pensar un poco fuera de lo habitual (pensamiento lateral) y darle un pequeño giro para llegar a la solución, que es, irónicamente: "uso la mente" (U solamente). 😃

Para resolver este último jeroglífico lo que necesitamos es un cierto talento para resolver jeroglíficos.

Lo que demuestra de manera muy sui-generis este ejemplo es que una cualidad personal -un talento- nos puede llevar a donde el conocimiento y la experiencia no nos llevarían jamás.

Entonces ¿qué?

Yo, por ejemplo, tengo el conocimiento de manejar un programa de diseño gráfico, pero soy un negado total para la composición y no tengo buen gusto con los colores, es decir, no tengo talento para el diseño. Eso no me lo puede enseñar nadie. Si voy a una buena clase,   practico lo suficiente y me fijo en los que lo hacen bien podría -probablemente- llegar a ser un diseñador efectivo. Pero para ser un verdadero fuera de serie en esto necesito las tres cosas.

A lo que deberíamos aspirar es a desarrollar nuestro(s) talento(s) natural(es), pero eso sí, acompañado de conocimientos (que no dejan de ser experiencia acumulada por otros) y experiencia propia.

Pero ¡cuidado! Esta frase -que leí una vez, me encantó y no me resisto a utilizarla siempre que puedo- creo que resulta muy reveladora:

¿Eres uno entre un millón?... Pues en China hay 1.300 como tú.

😉)

El talento por sí solo no es suficiente. Sin embargo en el actual mundo globalizado, del conocimiento como "commodity" y la especialización brutal (experiencias recortadas), será lo que de verdad marque la diferencia entre las personas y, por ende, entre las empresas y entre los países.

Las educación tradicional unida a las convenciones sociales (“Debes estudiar una carrera, debes buscar un buen trabajo…”) nos fuerzan desde niños a actuar de maneras que quizá no encajen con nuestro verdadero potencial, con nuestro talento. Y el efecto a largo plazo es una generación desencantada, empresas poco competitivas y un país que ve su potencial mermado.

Pero no todo se puede achacar a la sociedad y el sistema educativo. Ni mucho menos. En otra ocasión, para dar una de cal y otra de arena, intentaré escribir algo acerca de la generación actual y su actitud, que también tienen mucho que ver con lo que está pasando.

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