El "secreto" para ser el profesional con el que todos quieren trabajar

José M. Alarcón
José M. Alarcón
Gallego de Vigo, amante de la ciencia, la tecnología, la sociología, la música y la lectura. Ingeniero industrial y empresario. Fundador de Krasis, especialistas en e-learning. Autor de varios libros y cientos de artículos.
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Llevo muchos años en el mundo de la empresa. No solo con mis propios proyectos empresariales, sino también -desde antes- trabajando para otros, por regla general de manera freelance. Con toda esta experiencia a mis espaldas he podido observar el comportamiento a ambos lados del espectro laboral: desde el punto de vista del que el que contrata o dirige, y desde la experiencia de ser el que trabaja o realiza encargos para otro.

Algo que observaba con agrado hace 20 años es que, a pesar de mi relativa inexperiencia en algunos temas, la mayor parte de la gente con la que colaboraba quería contratarme de nuevo. Lo cual era genial, claro. Y desde la otra perspectiva, existen personas con las que siempre estoy deseando trabajar y, por el contrario, otra gente con la que solo colaboro si no me queda más remedio.

Esto mismo ocurre no solamente con las personas, sino también con las empresas, tanto proveedores como clientes. Y es que las organizaciones al fin y al cabo están formadas por individuos. Tenemos proveedores que si trabajamos con ellos es exclusivamente porque no hay otra opción o son todos igual de malos (¿alguien ha dicho el nombre de un banco?), y otros con los que quieres trabajar todo lo que puedas y más. Lo mismo se puede aplicar a clientes: los hay insufribles, y tenemos unos cuantos que casi te dan ganas de regalarle el trabajo de lo agradable que resulta colaborar con ellos.

Además es fácil observar que esto ocurre con todo tipo de puestos y actividades diferentes, independientemente del nivel de sofisticación o conocimientos que se demande, del sector o del nivel jerárquico.

Evidentemente el carácter de las personas es primordial, pero esto es un añadido que nos da la Naturaleza y no una habilidad que podamos desarrollar conscientemente. Como mucho conseguiremos suavizar ciertos rasgos de la personalidad, pero es muy difícil (por no decir imposible) cambiarlo en esencia.

En mi opinión el secreto para convertirse en un profesional con el que todo el mundo quiere trabajar tiene una única regla principal y dos corolarios que se derivan de ésta. En realidad es algo muy sencillo:

Hacer lo que dices que vas a hacer

Y hacerlo bien, claro.

En serio. Algo tan simple pero al mismo tiempo tan difícil de conseguir. Piénsalo y verás que es así. Acuérdate de las veces que has tenido que colaborar de algún modo con otras personas y si esta característica estaba presente o no y estoy seguro de que la reconocerás enseguida.

Las dos consecuencias inevitables de esta regla son:

  • Debes saber organizarte: para poder cumplir con tus compromisos es muy importante ser organizado, llevar un buen control de lo que haces (una simple lista priorizada debería ser suficiente) y tener en cuenta los posibles imprevistos. Horas extras, trabajar el fin de semana o pasar una noche sin dormir para cumplir un plazo, merecen la pena una vez si es necesario. Pero si se convierte en lo habitual es que te está fallando esta habilidad de auto-gestión. No sirve.
  • Debes aprender a decir no: hay personas que no saben decir que no y se acaban comprometiendo a demasiadas cosas que jamás podrán cumplir. Y esto te convierte al final en lo contrario de lo que dicta la regla de oro. Es mejor decir que no a una tarea o negociar un plazo diferente que decir que sí y luego no cumplir. Esto, que parece una obviedad, es mucho más difícil de encontrar de lo que parece y muchos profesionales son incapaces de pronunciar el temible monosílabo. A veces recibir un no de un colaborador es una bendición. Prefiero un no sincero que un sí que luego es imposible de cumplir. Lo segundo es mucho más pernicioso.

Si eres confiable y por lo tanto siempre haces lo que dices que vas a hacer y para cuando dices que lo vas a hacer y sin que tenga que recordártelo nadie, al cabo de un tiempo, trabajes en lo que trabajes, la gente querrá tenerte a su lado.

La formación, los másteres, y tu curriculum pueden abrirte puertas, sin duda, pero lo que al final conseguirá que te quedes es seguir esta regla tan sencilla. Otra persona con menos conocimientos o formación, pero con este talento pasará por encima de ti todas las veces. Esta es la principal habilidad que debieran cultivar todos los profesionales.

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